El cuerpo nos avisa con síntomas como el dolor, la falta de aire, la sensación de ahogo… y buscamos alivio o cura, sin saber muy bien qué está fallando dentro ahí dentro.
Nuestro cuerpo es como un hotel en el que nos alojamos para toda la vida…
Cuando conectas de verdad con las emociones y recibes una señal de aviso, estás preparado para actuar, resetear y aliviar tus dolencias.
Los imanes detectan un desequilibrio que puede ser el origen de un malestar.
Pasé de ser una chica “normal”, que había seguido ese camino que nos trazan desde niños: unos estudios superiores, un novio formal, un trabajo estable y planes de boda.
Y de repente, me convertí en el bicho raro de la familia.
Desde entonces, soy YO.